Origen histórico de las tapas twist-off
El origen del cierre twist off nos remonta al siglo XVIII. De la mano de Nicolás Appert, en Paris se descubre un innovador método de conservación de los alimentos. Será en 1795 cuando instala un primer taller de fabricación de conservas.
Su descubrimiento se origina en la comprobación experimental de que el calentamiento de los alimentos a 100º C, en recipientes herméticamente cerrados, permite una prolongada conservación de los mismos. Estos alientos se habían cocinado anteriormente, para envasarlos en tarros de cristal. Estos se sellaban con corchos sujetos con alambre.
Será en 1926, en Chicago que se comercialice el cierre conocido como “twist off” o “white cap”. Sus creadores son los hermanos George, William y Phillip White, que fundan la empresa White Cap Co. Se basan en el concepto del uso, ya extendido, de tapas metálicas en tarros de vidrio. Este se había generalizado a lo largo de principios del siglo XX con la industria de la hojalata, haciendo uso de una tapa tipo corona. La diferencia del cierre “twist-off” se consigue con el desarrollo de un modelo fácilmente mecanizable y estandarizable, que el usuario puede abrir y cerrar fácilmente gracias a su rosca y con diversos tamaños de boca típicos.
El éxito en EEUU de este nuevo modelo de cierre permite su extensión a los países europeos hasta su llegada a España en 1960.